Un sector de la población que tiende a incrementarse con el paso del tiempo son los adultos mayores, entendiendo que son aquellos que sobrepasan los 65 años de edad, otras denominaciones para los miembros de esta edad son: la tercera edad, los ancianos, los viejos. Después de haber vivido toda una vida de logros, éxitos, de crecimiento personal, familiar, laboral y económico, el ser humano llega a la vejez, una etapa caracterizada por perdidas de todo tipo. El hombre cuando llega a esta etapa es susceptible de perder capacidad física, pierde poder adquisitivo, pierde autoridad, pierde autonomía, pierde amigos y seres queridos por fallecimiento, pierde independencia, puede perder dignidad y por consiguiente, pierde auto estima. Lo anterior, cabe mencionar que no es la regla para el total de los adultos mayores pero si para el promedio de la población. Es común que los hijos de padres que pertenecen a este segmento de la población descuidemos las necesidades emocionales y de realización de los mismos, tal vez porque los visualizamos como adultos que fueron en algún tiempo independientes, auto suficientes y capaces y nos olvidamos de su realidad de necesidad y dependencia en la que viven en la actualidad. El vivir en las condiciones atrás mencionadas favorece que el adulto mayor termine sufriendo una condición de depresión crónica que acentúa de manera drástica las condiciones adversas en las que viven muchos adultos mayores. Para comprender mejor este fenómeno, veamos que es en sí, la depresión. La depresión es una enfermedad mental grave que afecta el estado de ánimo de la persona, hay que entender de manera clara y precisa, que es en realidad una enfermedad que amerita un tratamiento para su resolución, se puede afirmar que entre un 15 y un 20 por ciento de la población sufre de depresión y desafortunadamente, un alto porcentaje de personas que la padecen, lo desconocen y por lo mismo no están recibiendo ninguna forma de tratamiento. Entre los adultos mayores la depresión crónica es una condición muy frecuente por los factores que ya hemos mencionado y muchas de las veces no les ofrecemos ayuda o ellos mismos no la buscan por desconocer que están sufriendo esta condición clínica, por lo que es muy importante que conozcamos los síntomas clínicos de esta enfermedad para poderla identificar. Los síntomas más comunes de la depresión son la tristeza persistente, alteraciones del sueño como insomnio o sueño en exceso, alteraciones del apetito como perdida del mismo o un aumento exagerado, fatiga fácil, olvidos, dificultad para concentrarse, irritabilidad, sentimientos de culpa, tendencia al aislamiento, perdida de la capacidad de sentir placer por las cosas que antes nos lo producían, ansiedad, pensamientos o deseos de morir y en el adulto mayor principalmente, quejas de enfermedades físicas, tener cinco de los síntomas mencionados por un espacio de dos semanas o más nos debe dar la idea de la posibilidad de estar sufriendo de depresión, por lo que en estos casos sea recomendable consultar con el médico familiar para confirmar el diagnóstico. Una de las causas de no reconocer la depresión y por lo mismo, no buscar ayuda es el creer que en esta edad es normal y natural el sufrimiento, cuando la realidad es que el adulto mayor es capaz de ser feliz, de disfrutar la vida, de ser útil y productivo y seguir teniendo en la medida de las posibilidades de cada uno, cierto grado de independencia.
Recomendaciones para prevenir la depresión: En primer lugar, es importante antes que todo, asumir una actitud positiva, esto significa aprender a ver el lado positivo de las cosas, recordando que incluso las cosas negativas tienen un lado positivo, en segundo lugar, debemos hacer un inventario de todas las cosas que aún podemos disfrutar, incluyendo la vida, en tercer lugar, utilizar las capacidades que aún tenemos, es importante leer, dibujar, resolver ejercicios de matemáticas, que juguemos juegos de mesa, podemos también armar rompecabezas, caminar, escuchar música, cocinar, arreglar cosas, hacer ejercicio, todas estas actividades nos mantendrán físicamente activos y además nuestro cerebro estará estimulado, en cuarto lugar, no aislarse, es muy importante el relacionarnos con otras personas y los grupos de auto ayuda son excelentes para esto, en quinto lugar, visitar al médico familiar periódicamente para conservar la salud física. Aparte de lo anterior, es importante que aceptemos con dignidad las condiciones de la edad actual, recordar con alegría y gusto las cosas que vivimos en lugar de recordarlas con un dejo de amargura y frustración. Pensar en la riqueza vivencial que poseemos y tratar de estar contentos con nosotros mismos y con los demás. Muchos adultos mayores gozan de su edad, no porque se hayan resignado, sino más bien por que aprendieron a aceptar una realidad, estos adultos mayores son el ejemplo de todo el potencial que existe en la tercera edad, de todas las capacidades de las que aún puede gozar la persona, no gastemos energía en luchar contra la vejez, hagamos amigos de la vejez para que esta nos trate mejor.
“Nada nos hace envejecer con mayor rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos”
Georg Christop Lichtenberg 1742 – 1799 Prof. de física alemán