El embarazo en adolescentes, a nivel mundial es un problema muy serio, en nuestro país, las estadísticas son alarmantes ya que se considera que el 27.6% de los nacimientos aproximadamente, son de madres adolescentes que van de los 10 años a los 19 años. Para darnos cuenta de la dimensión del problema, podemos considerar lo siguiente: En condiciones de normalidad, una pareja que se une para vivir juntos y que deciden de manera voluntaria procrear un hijo o más, que unen para lo mismo sus esfuerzos, recursos, habilidades y adquieren una responsabilidad compartida en la crianza de la familia, la educación de los hijos, la formación de los mismos, viven el estrés y la presión que todo esto implica, conscientes de la responsabilidad tremenda de la tarea, la responsabilidad de niños, que ya son personas en potencia, el mismísimo futuro de los mismos. Imaginémonos por un momento a una jovencita (niña) de 12 años de edad embarazada y muchas de las veces sin una pareja sentimental que represente un apoyo moral, con la tremenda realidad de estar embarazada, ¿estará en condiciones emocionales de enfrentar su responsabilidad? Definitivamente que no, ¿Qué es lo que sigue para esta niña?, ¿Se podrá seguir desarrollando social y académicamente como las demás?, podrá realizar sus sueños de estudio (si los llegó a tener), de trabajo, de desarrollo económico, definitivamente no, su proyecto de vida se bloquea y se frustra al verse imposibilitada de llevar a cabo sus aspiraciones. Por otro lado, imaginémonos a un pequeño recién nacido, hijo de una madre adolescente de escasos 12 años, una madre que en un futuro próximo muy probablemente llegue a sufrir depresión, que podemos pensar que le espera a este pequeño, ¿penurias, limitaciones, privaciones afectivas y materiales, maltratos? No es fácil, son números difíciles de entender, son estadísticas que reflejan la realidad y que desafortunadamente como lo vamos a ver en seguida, el problema se retroalimenta a sí mismo.
CAUSAS DEL PROBLEMA
Una de las causas principales para el problema del embarazo en adolescentes es la pobreza, ya que el vivir en condiciones socioeconómicas desfavorables se reduce de manera importante la posibilidad de preparación escolar profesional, en estas condiciones de desventaja económica tiende a aumentar el estrés familiar, por lo mismo, es común que se presenten problemas de autoestima baja y por lo tanto, problemas de actitud y de proyección al futuro. Otra condición desafortunadamente muy frecuente y que suele ser una causa también importante para que se dé el problema de los embarazos en chicas adolescentes es la violencia familiar que es factor para que los hijos que viven este tipo de situaciones en la familia crezcan con sentimientos de inadecuación, de baja autoestima y vivan tratando de escapar de tal ambiente por lo que es común que la o el adolescente piense que con un embarazo podrán escapar de una familia donde se sufre a diario la violencia y la fantasía es crear una familia donde no exista tal violencia, una familia donde se viva la armonía y la paz, desafortunadamente, la o el adolescente se dan cuenta demasiado tarde que están repitiendo patrones inadecuados que vivieron en su familia de origen. Las consecuencias negativas no se hacen esperar, el futuro es incierto, a corto plazo la deserción escolar, conflictos emocionales, de pareja o familiares, a mediano y largo plazo mayor pobreza y en sí, más de lo mismo.
LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA
Desafortunadamente, parte del problema se debe a que físicamente al ovular, la niña o adolescente está en condiciones de embarazarse, pero emocionalmente no, como parte de las soluciones que se han implementado en el pasado y que han fallado está el darles a los adolescentes educación sexual y como parte de esta, se ha buscado enseñarles los distintos métodos anticonceptivos y su forma de uso, viéndose que no ha tenido lo anterior resultados positivos, por consecuencia, los adolescentes siguen embarazándose. Una opción de solución más efectiva y de mayor impacto positivo es el de brindarles a los adolescentes salud mental para que aun y con condiciones socioeconómicas adversas, puedan tomar una postura más proactiva, decisiones más inteligentes y una proyección hacia el futuro más positiva, ayudarles a desarrollar una autoestima adecuada, que les permita creer en sí mismas, que les permita sentirse merecedoras de ser felices, de alcanzar sus sueños y aspiraciones. La forma como se puede lograr lo anterior es desarrollando talleres tanto para mujeres como para hombres, que les ayude a trabajar las cuestiones de autoestima, donde se les ayude a tener una actitud proactiva y donde aprendan a que las condiciones adversas del medio como pudieran ser la pobreza misma, la violencia familiar, el estrés, o los problemas familiares o personales no deben ser motivo para no alcanzar el progreso, el crecimiento personal y la felicidad.